Las buenas relaciones, no hacen a la felicidad

Al creer que solo las buenas relaciones afectivas con la pareja, con los hijos y con otros nos hacen felices, nos equivocamos. Eso hace que perdamos el sentido del resto, pues la felicidad y la plenitud no solo se da por tener una relación, la dan muchas otras cosas más.

Se puede ser feliz con o sin relaciones.

Y es que precisamente ese pensamiento de que la única fuente de felicidad está en tener éxito en las relaciones con la pareja o con los demás genera mucha ansiedad y dolor a muchas personas.

Tener este pensar es un argumento que encadena al alma, genera que la gente convierta una relación en la única razón de vivir para toda su existencia, esa relación se convierte en su aire. Y así, sin que la persona se dé cuenta, es encadenada a la dependencia.

Es por eso que, el que vive con ese pensar, vive con ansiedad y desesperación por tener pareja. Convierte esa meta en una prioridad esencial, por lo tanto, se entristece y se deprime cuando pasa el tiempo y no ha hallado el amor de su vida.

Sumado a esto, cuando las relaciones se terminan o van mal sufre tanto que siente que se muere y que su vida ya no tiene sentido ni significado “sin ti, mi vida, ¿para qué vivir?”, dice la persona en su angustia.

La felicidad, la decidimos, haciendo que no ocupamos tener algo o a alguien para ser felices. Por otra parte. nada llega a nuestra vida solo porque lo pedimos o deseamos. Si queremos algo de la vida debemos construirlo, no hay otra manera.

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