¿Qué paso con los hijos de Einstein?
«Cuando mi madre estaba ocupada en la casa, mi padre dejaba de lado su trabajo y nos cuidaba durante horas, mientras nos balanceábamos sobre sus rodillas. Recuerdo que nos contaba historias y a menudo tocaba el violín en un esfuerzo por mantenernos callados», recordó Hans Albert, de acuerdo con Isaacson.
La niñez temprana de Eduard fue difícil, su salud era frágil y a menudo se enfermaba de gravedad.
«En una oportunidad, cuando tenía cuatro años estuvo postrado en la cama por siete semanas», cuentan Alice Calaprice, Daniel Kennefick y Robert Schulmann en An Einstein Encyclopedia.
En una ocasión, en 1917, cuando se le inflamaron los pulmones, Einstein le escribió a un amigo: «El estado de mi pequeño me deprime sobremanera».
Pese a ello, indican los autores, «se convirtió en un excelente estudiante y se interesó especialmente en las artes, en la composición de poesía y en tocar el piano».
De hecho, Eduard entablaba con su padre intensas discusiones sobre música y filosofía, lo cual -Einstein dijo- le demostraba que su hijo «se estaba devanando los sesos en torno a las cosas importantes en la vida».
Años después, Einstein le escribiría no sólo acerca de su teoría y sus intentos por probarla, sino que le daría consejos para conseguir empleo.