Una visita al corazón cultural de Chepe
Seis años, entre 1891 y 1897, tardó en construirse el que el paso del tiempo ha convertido en uno de los emblemas culturales de la capital tica.
Porque el Teatro Nacional de Costa Rica es mucho más que un lugar en el que se representan obras y conciertos; simboliza la manera de sentir de todo un pueblo que luchó por contar con un templo a las artes a la altura de las grandes capitales del mundo.
Tanto es así, que cuando el dinero escaseó, terminó de levantarse gracias a los impuestos gravados a los empresarios cafeteros del país: un 5% de sus exportaciones lograron pagar el millón de euros que costó la obra.
Diseñado por arquitectos costarricenses que estudiaron en Europa, su estilo ecléctico se puede desgranar en una visita guiada que permita disfrutar del deslumbrante vestíbulo cuyo estilo tiende al barroco. Una parada en Alma de Café, su cafetería, es todo un must.