Impactos del COVID-19 en cifras
En el impacto corporal y en el segmento más crítico, el 74.6% de las personas expresaron sentirse más cansados de lo habitual desde que inició la pandemia. Un 67.8% afirma que tiene dolor de espalda y cuello u otros dolores musculares, mientras que un 49.4% dolor de cabeza; un 45% se le acelera el corazón y la respiración, y una tercera parte (34.2%) tiene molestias estomacales.
En el impacto cognitivo, las manifestaciones más fuertes que se están presentando son la dificultad para dormir (91,3%). A esta población le es difícil relajarse o desconectar (90,7%), están pensando en los problemas propios y los de otras personas repetidamente durante el día (89,5%); al 77.0% de esta población le cuesta pensar con claridad y concentrarse, olvidan pequeñas cosas (71.4%); les cuesta tomar decisiones (67,5%) y le sobresaltan sonidos inesperados (64,5%).
Al analizar el impacto conductual, un 79.6% de la población que presenta mayor afectación en su salud mental, tiene desajustes en la alimentación. Tienden a comer mucho o muy poco; el 42,0% ha aumentado el consumo de cafeína o nicotina, el 27.7% utiliza alcohol y otras sustancias para sobrellevar el presente y uno de cada cuatro personas expresa haber puesto en peligro su salud o seguridad con alguna acción, como por ejemplo manejar un vehículo más rápido de lo recomendado.
En el impacto emocional, el 85.3% de la población que ha sido afectada severamente presenta cambios de humor y se siente hipersensible emocionalmente. Un 70.4% señala que le sobrepasan la cantidad y el tipo de situaciones que debe afrontar, con un porcentaje similar de 69.6% que expresa estar irritable y se enfada con facilidad. El 41.0% siente que enfrenta los mismos problemas que la gente que les rodea.
La estabilidad laboral es una de las características diferenciadoras y factores protectores más sobresalientes en el estado de las personas. Quienes “cuentan con un trabajo cuya continuidad no corre peligro; que les permite suplir las necesidades básicas y les otorga ciertos beneficios que derivan en una calidad de vida adecuada; se encuentran en una mejor situación de salud mental”.
Así lo detalla el estudio, apoyado por el Ministerio de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y personas expertas de España.